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miércoles, 1 de abril de 2009

Axelle de Russé y las concubinas chinas...

Encuentro por internet una fotoperiodista francesa (Axelle de Russé" galardonada con un premio y con dos reportajes tocantes a la tematica del blog. Niños y prostitucion: Me limito a "copiar y pegar"...


"A pesar de que está prohibido, tener una concubina en China sigue siendo una marca de poder. Para ellas, en cambio, es un intento de escapar, al menos mientras son jóvenes, de un destino de pobreza y postergación. Una fotógrafa francesa retrató la vida de estas mujeres, trabajo con el que conquistó un importante premio internacional.
En la China anterior a Mao el éxito de un hombre se medía, entre otras cosas, por la cantidad de mujeres que poseía. La esposa oficial y la(s) concubina(s), o la "casa chica", como también se conoce en México este arreglo conyugal.

Después de 1949, esta práctica fue prohibida por el Estado. En la China actual, donde la economía capitalista es la cabeza visible de un comunismo de Estado implacable, algunas de las viejas prácticas de la vida cotidiana han regresado con fuerza, aunque sean ilegales.

Axelle de Russé es una francesa de 30 años: de haber vivido en China y haberse convertido en concubina de algún hombre influyente, su carrera estaría terminada. Pero el destino le tenía reservada otra cosa. Cuando la joven terminó el colegio secundario pensaba que su horizonte profesional estaba en el mundo de los negocios. De hecho, estudió marketing e hizo una pasantía en la filial francesa de Kodak. Pero siempre fotografió, y durante ese breve período en el mundo empresarial, se dio cuenta de que su futuro no podía pasar lejos de las historias exóticas que veía en los grandes reportajes fotográficos de la revistas Paris Match y Le Figaro.

En 2007, Axelle ganó el Premio Canon a la Mujer Fotoperiodista por su ensayo sobre las concubinas en China, y este año inauguró su primera exposición individual en el Festival Internacional de Fotoperiodismo Visa Pour L´Image, en Perpignan, Francia

El nexo entre esta joven fotógrafa francesa y las mujeres concubinas en China puede encontrarse en su deseo irrefrenable de fotografiar historias exóticas, dentro de un contexto de información globalizada en el que es relativamente fácil enterarse de grandes temas que se desarrollan en puntos muy lejanos del planeta, pero que reflejan realidades con las que el público se identifica rápidamente.

Axelle tiene un bello rostro y el pelo recogido, que seguramente la alivia del calor reinante. "Quería hacer una historia sobre la vida privada de las mujeres en China -relata-. Retratar un tema tabú acerca de estas chicas cautivas en jaulas de oro. Sólo en la provincia de Guangdong se estima que hay unas 100.000 "mantenidas". La tradición de la concubina es una fantasía masculina muy común. Pero para esas chicas significa una vida de reclusión, esperando por ese hombre que las mantiene en un estado de total dependencia.

El fenómeno de las concubinas se encuentra en todas las clases sociales. Muchas de las chicas llegan de zonas rurales, escapando de la pobreza, y empiezan su vida en la ciudad como prostitutas a la espera de ser elegidas.

-¿Cómo iniciaste el trabajo, si tenemos en cuenta las diferencias culturales y la dificultad del idioma?

-Quería hacer un reportaje íntimo. Me demoré un mes antes de sacar una sola foto. Fue un trabajo de aproximación muy largo. Hablaba con ellas, las acompañaba sin sacar fotos. Luego llevaba una cámara, pero no las fotografiaba. Trabajé con una intérprete todo el tiempo. Para ganarme su confianza, cuando llegué a China iba a verlas y les decía: "Quiero hacer un reportaje sobre las concubinas en China". Nadie quería hablarme. Todas sospechaban, obviamente. Luego cambié de táctica y dije que quería hacer una historia sobre la mujer en China. De esa manera las puertas se fueron abriendo. Pero en todos los casos me comprometí a que no publicar nunca este trabajo en China.

-¿De qué modo se llega a estas mujeres relegadas?

-Estuve tres meses viajando y haciendo entrevistas. De cada ocho contactos que hacía, sólo una accedía a mis requerimientos. En el norte del país encontré mujeres detectives. En ese momento el panorama empezó a despejarse para mí. Hay muchos detectives en China que trabajan para las esposas y siguen a las concubinas para descubrir a sus maridos. Fue difícil que un detective aceptara mi propuesta. Hasta que di con una mujer que se había convertido ella misma en detective porque había descubierto que su marido tenía una concubina. Esta mujer fundó luego la Alianza Contra las Concubinas de la República Popular China. Con respecto a las diferencias culturales, me parece que hay límites. La circuncisión de las niñas en Malasia, por ejemplo (un reportaje de la norteamericana Stephanie Sinclair que recibió un premio en este festival), es una mutilación. Pero con las concubinas en China, yo no estoy juzgando esa costumbre. Al principio tenía más prejuicios, pero luego me di cuenta, y fue lo más importante para mí en lo personal, de que las relaciones allá son bien distintas. La gente no se enamora como aquí. Lo prioritario es vivir bien y tener estabilidad económica. Ser una concubina en China es un tema tabú. Es una actividad no permitida por la ley, y aunque la cantidad de mujeres que ejercen esta actividad crece al mismo ritmo que la economía del país, es un tema del que nadie habla, y mucho menos con extranjeros. El aislamiento social que padecen es paradójico. Mientras reciben el reconocimiento de colegas y amigos, son ignoradas por el resto de la sociedad. Estas jóvenes mujeres van de la extrema pobreza a una vida solitaria y aburrida en grandes ciudades donde no conocen a nadie. La única recompensa es un departamento y un automóvil, pero deben estar disponibles en cualquier momento para satisfacer los caprichos de su amante, que por lo general es un hombre casado y tiene su familia en otra ciudad.

-Esta es una costumbre milenaria...

-En la antigua China era común que los hombres exitosos mantuvieran varias concubinas. Y los emperadores llegaban a tener miles. En la corte, la concubina era vigilada por un eunuco, para que no quedara embarazada por nadie que no fuera el emperador. En la China del tercer milenio, la belleza y la juventud son la frágil garantía para el bienestar de una "mantenida". Y el aislamiento social, su mejor cancerbero.



Vanessa. Vive en un departamento de 150 m2, por el que paga 150 euros de alquiler al mes. Habitualmente cubierta de regalos muy caros, lleva puesto un vestido de Dior y una cartera de Louis Vuitton


¿Hasta cuando? No hace mucho tiempo, esta chica juntaba botellas en la calle para revenderlas y conseguir, así, dinero con que comer. Hoy ya no tiene más problemas financieros . Foto:Axelle de Russe



En el bar Blue Angel, las jóvenes ganan un euro y medio por cada trago vendido. En las noches de buena racha pueden llegar a juntar hasta 20 euros. Si se van acompañadas, podrán ganar unos 20 euros . Foto:Axelle de Russe


El comienzo. Antes de poder convertirse en concubinas, algunas jóvenes, la mayoría provenientes del interior del país, comienzan ejerciendo la prostitución en el barrio de Shenzhen . Foto:Axelle de Russe



En el bar Blue Angel trabajan unas 50 chicas. La espera forma parte de su vida cotidiana . Foto:Axelle de Russe


Vanessa recibe a su 'amante' una vez por mes. Es un hombre de negocios chino que vive en Canadá y regresa a su país regularmente para reunirse con sus clientes. El es quien alquila el departamento . Foto:Axelle de Russe


Una de las jóvenes, de regreso a su pueblo para visitar a su familia. Ser una concubina en China es un tema tabú. Tener esta condición no está permitido por la ley . Foto:Axelle de Russe

Hasta aqui, reportaje extraido de la web: www.lanacion.ar. Enlace directo al reportaje AQUI
"Quería hablar de las concubinas chinas, de esas mujeres que se mueven entre la tradición y la modernidad" Tras viajar por primera vez a China, Axelle de Russé descubrió que el fenómeno de las concubinas en este país, prohibido durante el régimen comunista de Mao, ha vuelto a afianzarse con fuerza en algunas ciudades.

Después de siete ediciones del premio de la AFJ, el tuyo es el primer reportaje enteramente sobre mujeres. Explícanos en qué consiste tu trabajo sobre las concubinas en China.

A mí me interesaba mucho la idea de trabajar en este país, porque es uno de los más importantes hoy en día y es un lugar donde ocurren muchas cosas. Cuando se abrió el país hace más de 20 años, volvió de nuevo la tradición de las concubinas, que había sido abolida por Mao durante el comunismo por ser una práctica muy burguesa.

La apertura de China al mundo trajo dinero y nuevos empresarios ricos, y de nuevo apareció la tradición de la concubina, de la segunda esposa. Yo quería hablar de estas mujeres chinas que se mueven entre la tradición y la modernidad; me interesaba la contradicción entre una tradición como ésta coexistiendo con un mundo moderno ya capitalista.

¿Te fue sencillo encontrar a estas concubinas y conseguir su confianza para realizar el reportaje?

Fue muy, muy difícil, pero creo que para mí fue más sencillo de lo que habría sido para un hombre, porque el reportaje era seguir a las mujeres en la intimidad. Para los extranjeros es muy complicado trabajar en China, porque a los chinos no les gusta dar una imagen mala de su país y consideran que lo que ocurre allí es cosa de ellos, no un asunto del resto del mundo.

Esta reclusión es algo generalizado, pero con el tema de las concubinas lo es más, porque para ellos es tabú. Se preguntaban por qué una extranjera querría hablar de estos asuntos de China. Continuamente me ponían trabas y me veían como una entrometida: fue muy difícil hacer este reportaje.

Descubriste la problemática del renacer de las concubinas en China en tu primer viaje al gigante asiático. ¿Qué fotografías hiciste entonces?

Durante mi primer viaje fui también con dos periodistas con las que colaboro, mi hermana y una amiga, y trabajamos sobre los infanticidios de niñas en las zonas rurales de China, que era un tema poco conocido.

Axelle de Russé: "Dejar la prostitución para convertirse en concubinas es para ellas algo bueno, A través de un amigo que ha vivido en China durante mucho tiempo y por algún artículo casi anecdótico, descubrí que el fenómeno milenario de las concubinas había regresado tras la apertura económica del país asiático al mundo. Así que viajé con una periodista en 2007 para hacer un reportaje.

Era un tema muy complicado de fotografiar, porque aunque todos saben allí de las concubinas, nadie quiere hablar de ello y menos dejarse fotografiar. Contacté con ocho chicas, pero sólo dos aceptaron que las fotografiara. Respecto a los hombres que mantenían a esas dos chicas, uno jamás supo que la fotografié.

Al otro lo encontré en una visita sorpresa que hice con la periodista al apartamento que tenía para su concubina. Pude hacer algunas fotos, pero al cabo de una hora nos llamó para decirnos que no quería volver a hablar con nosotras y que no volveríamos a ver a su concubina nunca más. Jamás he publicado las fotos en que aparecía aquel hombre.

La chica de esta foto no es una concubina, sino una prostituta de Shenzhen, una localidad cercana a Hong Kong. Me servía para explicar que muchas de ellas han ejercido antes la prostitución.

Ésa no es una zona donde los turistas vayan haciendo fotos, así que les pareció muy extraño y tuve que hacerlas muy rápido. Al volver a pasar por allí, me preguntaron que por qué hacía fotos. Cuando les dije que eran para un reportaje, me permitieron que los fotografiara a ellos pero no a las chicas.

Al final, como no pude hablar con ninguna, me hice pasar por una clienta que quería un masaje. La chica al principio no quería hablar, pero poco a poco fue abriéndose y contándome su historia. No le gustaba dedicarse a aquello, y tenía la esperanza de ahorrar algo de dinero para dejarlo cuanto antes. Su novio no sabía a qué se dedicaba.

Como mujer, éste es un tema sobre el que te afecta más trabajar, porque entiendes mejor lo duro que es para ellas.

La mayoría de las concubinas provienen de zonas rurales. Una de cada cuatro chicas que llega a la ciudad desde estas zonas acaba trabajando en la industria del sexo, bien sea prostituyéndose o haciendo masajes, e incluso como mujeres de compañía en karaokes. Para ellas, dejar la prostitución para ser la concubina de un empresario es algo bueno."

Declaraciones obtenidas por Ivan Sánchez.
Los artículos de la serie "Con texto fotográfico" aparecen publicados normalmente los jueves.

Este ultimo articulo, esta extraido en la web: www.quesabesde.com, y el enlace directo al articulo: AQUI

Enlace a la pagina personal de Axelle de Russé: AQUI

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