lunes, 16 de febrero de 2009
Se me esta poniendo la citrulina cachondilla...
Publicado por Markiko en 20:38 0 comentarios ((•)) Escucha este post
sábado, 14 de febrero de 2009
Es noticia...
1º El hombre mas pequeño del mundo, posa en Tokyo con el zapato del hombre mas alto del mundo...
2º Gran redada en peluquerias chinas por supuestas actividades sexuales... En Barcelona se han desmantelado hasta 14 peluquerias que se dedicaban a mas cosas que cortar el pelo. Ya en la puerta, anunciaban al parecer el servicio de masaje. Y mas interiormente, el masaje se ofrecia con posibilidad de final feliz, a la sazon, mamadita o pajilla. Por unos 20 euros, al parecer, estas "peluqueras" ataviadas con minifalda, o siquiera ropa interior, hacian las delicias de algunos hombres que ultimamente, tenian el pelo muy bien cuidado. "Mariaaaa, que me voy a cortar el peloooo" - "Otra vez Mariano? Si fuiste la semana pasada" - "ya pero que me crece muy rapido ultimamente".
Si de una vez se legaliza la prostitucion, y las chinitas vienen con papeles, y ejercen libremente sin amenazas ni explotacion, me parecera no bien, genial, que estos negocios existan, pagando sus correspondientes impuestos, y cumpliendo horarios. Mientras tanto, que suceda, es un insulto y un decir "soy chino y me paso vuestras ridiculas normas por el 屁眼 (ojo del culo), insistiendo no obstante, en que esta gentuza, no es representativa de los chinos, y que empañan lamentablemente a sus hermanos, en el pais que los ha acogido con generosidad. Un insulto doble. Pura lacra.
Enlace a la noticia en el Periodico de Barcelona: AQUI
3º Hace poco, procesaron a un ciudadano chino, que en el 2007, cogio un taxi para ir a una estacion de autobuses. Hacia un año que por lo visto, los autobuses que el necesitaba, habian desplazado su estacion a la intermodal. El, que no julaba un cagarro de español, al parecer, insistia al taxista en ir a paseo Maria Agustin. El taxista hizo por que el pasajero entendiese que deberia salir desde la intermodal y no desde la estacion de la puerta del Carmen. El chinito no entendia. El seguia insistiendo que esa no era la ruta. Se enfado mucho pensando que el voluntarioso y gentil taxista le tomaba el pelo para cobrarle mas cara la carrera. Salio del vehiculo y discrepo con el conductor. Acto seguido le propino un puñetazo en la cara haciendo que las gafas que usaba, se rompiesen sus cristales, clavandose en su globo ocular y reventandoselo. Se quedo ciego y perdio la posibilidad de seguir ejerciendo como taxista. Todo, por que el mamon del tio este, que no sabia español, penso mal, y sin saber, justicio. Como puedes eregirte juez, si no sabes de leyes, en un pais que no es el tuyo? Otro ejemplo de mamon (por no decir hijo de puta). Esta joyita del imperio del sol, se llama Chen Yinyong. Espero que le caigan suficientes años como para que aprenda español, y sobre todo, como decir "perdon" y "te compensare".
Enlace a la noticia en el Heraldo de Aragon: AQUI
Publicado por Markiko en 12:58 0 comentarios ((•)) Escucha este post
jueves, 12 de febrero de 2009
Take it easy...
Publicado por Markiko en 9:04 1 comentarios ((•)) Escucha este post
miércoles, 11 de febrero de 2009
Articulo sobre los hijos de los condenados a muerte en China...
Una investigación efectuada en esta zona de China central ha sacado a la luz una trágica consecuencia del rechazo de Pekín a eliminar la pena de muerte: niños que se quedan solos a causa de la ejecución de la madre, del padre o de ambos progenitores.
Sentado en el sucio patio del orfanato de Dhong Zou, a cien kilómetros de la floreciente Xián, Xieguntao, de seis años, mete sus dedos en la polvorienta tierra gris, como si quisiera sepultarlos. Inquieto, con la cabeza llena de piojos, permanece en cuclillas, balanceándose hacia delante y detrás. Gou Gian Hou cuenta que su padre fue ajusticiado en la provincia de Shaanxi por un hurto menor. La madre desapareció poco después. «El padre fue arrestado mientras talaba árboles en el terreno de un rico hombre de negocios. Fue ajusticiado en enero. El niño tan sólo tenía tres años», explica Hou. «En las zonas aisladas, los pequeños a menudo tienen que cuidarse solos. Hace unos años encontramos uno de ocho años que cocinaba y se ocupaba de la casa desde que se llevaron a su madre y la mataron. En la China rural, los hijos de las personas condenadas son ignorados. Algunos mueren, otros se trasladan de ciudad y acaban por ser víctimas de abusos o de la explotación laboral infantil. Los que acaban en los orfanatos son afortunados. Se ayudan unos a otros: hablan, lloran, ríen. Juntos son más fuertes.» Xieguntao lleva una camiseta amarilla, llena de manchas. Se anima sólo cuando le ofrecemos caramelos. Hou sostiene que el terrible estigma del crimen del padre nunca abandonará al niño. «Dentro de unos años tendrá que abandonar el orfanato y le resultará muy duro liberarse de la mancha que lo oprime. Los hijos de las personas ajusticiadas no consiguen encontrar un buen trabajo o llegar a la universidad. En China es imposible huir de tu propio pasado, aunque seas un niño y, por tanto, no tengas pasado.»
Cuando viajas por China, uno se da cuenta de que los orfanatos tradicionales están abarrotados y a punto de reventar. Son decenas de miles los pequeños a los que se abandona cada año, quizá 100.000, o incluso más. Los centros están repletos de jóvenes afectados de palatosquisis (paladar fracturado), deformes o incluso ciegos y sordos. Después están los sanos, sobre todo hijas de madres adolescentes o de padres que no han respetado la severa imposición del hijo único. Pero las decenas de miles de niños chinos hijos de padres condenados por haber cometido algún delito están obligados a afrontar el peor de los destinos: la vergüenza pública y el exilio. A día de hoy no se conoce el número de «huérfanos de las prisiones». Cada año, en China, se encarcela a alrededor de 400.000 personas, de ellas el 70 por ciento están casadas y tienen, al menos, un hijo.
China mantiene la pena de muerte para 68 clases de crímenes, entre ellos el homicidio, el tráfico de drogas, la violación, el hurto habitual, la sustracción o la compraventa de tesoros nacionales o reliquias culturales, el comercio de facturas y justificantes fiscales, la publicación de material pornográfico, la explotación de la prostitución, la distribución de dinero falso, la corrupción, la especulación, el enriquecimiento indebido… Según una reciente clasificación de las naciones 'carniceras' más activas, el año pasado China ha aplicado la pena de muerte 470 veces. Pero algunos activistas sostienen que la cifra real alcanza los 10.000.
Hou Yu Hang tiene 13 años y balancea los pies desde lo alto de una litera oxidada en la habitación que comparte con otros seis huérfanos de las ejecuciones de Dhong Zou. En la mano aprieta una foto de la madre, que está a punto de morir. «Espero que venga a recogerme para llevarme a casa», dice. Tras él, una voluntaria del orfanato baja la mirada y se seca una lágrima. «Mi madre ha sido arrestada por vender tarjetas SIM falsas: es inocente y se darán cuenta. En los últimos tres años he ido a verla a la cárcel dos veces. Echo de menos las caricias que me hacía en las orejas y sus canciones.»
Xián, la ciudad más antigua de China, marca el punto de partida de la antigua Ruta de la Seda sobre un recorrido que transcurre a lo largo de 5.000 kilómetros al oeste de Kashgar, a 400 kilómetros de la frontera con Pakistán. A través de esta vía llegaron caballos, oro, marfil, piedras preciosas y vidrio desde Europa, Persia y Arabia. Los chinos comerciaban en hierro, bronce, jade, cerámica y seda. Hoy, Xián es una ciudad en expansión con 7,5 millones de habitantes. Durante los últimos 12 meses, también hasta aquí han llegado las camionetas modificadas, blancas y azules, de la Policía, conocidas como 'furgones de la muerte': unidades móviles de ejecución introducidas en China para distraer la atención sobre los brutales pelotones de ejecución a los que normalmente se enfrentan los prisioneros. Al contrario que en Estados Unidos y Singapur, las únicas otras naciones donde la pena capital se ejecuta mediante inyección letal, ahora China utiliza los minibuses preparados para moverse de ciudad en ciudad. La cantidad exacta de furgones de la muerte es un secreto de Estado, pero tan sólo la provincia de Xián cuenta con una docena.
La silenciosa y gradual difusión de las cámaras de ejecución móviles hace temer a los activistas por los derechos humanos y a los opositores a la pena de muerte que China se lance al uso de la inyección letal para 'recoger' los órganos de los ajusticiados y proveer el creciente mercado nacional de trasplantes. Los creadores de los furgones de la muerte sostienen que los vehículos y las inyecciones son una alternativa civil al pelotón de fusilamiento y que permiten al condenado morir más rápidamente. «La mayor parte de las ejecuciones se produce aún mediante fusilamientos», sostiene Liu Renten, investigador de la Academia china de Ciencias Sociales de Pekín. «Pero el recurso a la inyección representa en la actualidad quizá un 40 por ciento de las ejecuciones.»
Quienes critican a China están convencidos de que la inyección letal permite optimizar el comercio de órganos de los prisioneros ajusticiados. Hace ya 20 años que las autoridades carcelarias chinas alimentan este tráfico. Gracias a las inyecciones letales y a una ambulancia quirúrgica, los órganos pueden ser extraídos de forma más rápida y eficaz. Sharon Horn, directora ejecutiva de Human Rights en China, afirma: «Se agiliza el mercado negro, sobre todo porque a los supervisores independientes, como la Cruz Roja, se les prohíbe el acceso a las prisiones y los campos de trabajo».
Un médico chino que ha pedido asilo político en Estados Unidos afirma haber tomado parte en la extracción de córneas y de la piel de más de cien ajusticiados, incluido uno que aún no había muerto. En una declaración escrita dirigida al Congreso norteamericano, Wang Guoqi, especialista en quemaduras, ha afirmado haber visto a otros médicos extraer órganos vitales de los prisioneros ajusticiados, órganos que su hospital, el Tientsin Paramilitary Police General Brigade, vendía con pingües beneficios. Wang añade que los funcionarios de seguridad que informaban al hospital de las ejecuciones recibían 37 dólares por cadáver y que los riñones se vendían a personas pudientes por más de 15.000 dólares cada uno. En muchos casos, continúa, los prisioneros eran fusilados y cargados en la ambulancia, donde se procedía a sacar los riñones dentro de los dos minutos posteriores a la muerte. Después, él y otros médicos quitaban la piel de los brazos, de las piernas, del tórax y de la espalda de cada cadáver. La piel se conservaba para futuros usos en víctimas de quemaduras.
En China, un trasplante de riñones cuesta alrededor de 7.200 dólares, pero este precio puede alcanzar los 20.000 o incluso los 50.000 dólares si se está dispuesto a pagar por acortar los tiempos. Cifras en cualquier caso modestas respecto a lo que se paga en los países ricos. El negocio que mueve la llegada de pacientes a la espera de un trasplante desde Malasia, Japón, Hong Kong y Singapur inyecta miles de dólares en el escasamente financiado sistema sanitario chino.
Simulando un saludo militar frente a un póster de Mao Zedong, los niños del orfanato ríen y gritan. Entre ellos, Hou Yu Li, de 13 años, que lleva siete en el centro, desde que su madre, maestra, fuera ejecutada por un robo del que él asegura era inocente. Su padre los había abandonado años antes. Hou es el comediante del orfanato. «Hago reír a los otros chicos. Me hace sentirme bien.» Nos cuenta que quiere ser actor. «Iré a Pekín y actuaré. Voy a ser el primer hijo de una mujer ejecutada que sea famoso. Les voy a demostrar a todos que, a pesar de lo que nos ha pasado, se puede tener una vida.»
Dan McDougall"
Enlace del articulo: AQUI, propiedad de EL HERALDO DE ARAGON, EL SEMANAL.
Publicado por Markiko en 23:13 0 comentarios ((•)) Escucha este post
domingo, 8 de febrero de 2009
Publicado por Markiko en 22:22 0 comentarios ((•)) Escucha este post
jueves, 5 de febrero de 2009
España, aqui tambien soy 老外
abc.es (26/11/2008)
Unas 67.000 empresas chinas cierran sus puertas por la caída de las exportaciones a Estados Unidos y la Unión Europea. El crecimiento económico cae del 11,9% al 9%, muy cerca del peligroso límite del 7,5% que necesita el gigante asiático para crear 30 millones de empleos cada año Fábricas cerradas, trabajadores de patitas en la calle, puertos funcionando a medio gas y contenedores de mercancías varados en los almacenes a la espera de que los pedidos sean pagados. La crisis financiera mundial ya está afectando a China, la "fábrica global" que en los últimos años ha invadido los mercados occidentales con los baratísimos productos que salían de sus factorías en las provincias industriales de Guangdong, Zhejiang, Fujian o Jiangsu. Debido a la caída de la demanda en importantes mercados como Estados Unidos o la Unión Europea, miles de compañías están cerrando sus puertas y dejando en el paro a sus operarios. Además, muchos de estos nuevos desempleados se quedan sin su finiquito porque algunos empresarios desaprensivos huyen con el dinero que logran salvar tras declarar la quiebra. Es el caso de Tao Shoulong, que hasta el mes pasado dirigía Jianglong Group, una de las mayores firmas de tintes para ropa que tenía su base en Shaoxing, en la provincia costera de Zhejiang. Acuciado por unas deudas superiores a los 160 millones de euros, el magnate quemó sus libros de contabilidad, vendió su club privado de golf, se deshizo de su Mercedes S-600 y puso pies en polvorosa. Atrás dejaba sus cuatro fábricas, 300 proveedores sin pagar – que también tendrán que echar el cerrojazo al no poder cobrar el dinero que se les adeuda – y a 4.000 trabajadores que, de la noche a la mañana, perdían lo poco que tenían: sus exiguos salarios de entre 50 y 100 euros mensuales. Aunque Tao Shoulong ha sido detenido hace poco junto a su esposa, durante las últimas semanas los periódicos chinos y de Hong Kong informan casi a diario de la bancarrota de grandes firmas que, hasta ahora, suponían un modelo del crecimiento y desarrollo del gigante asiático. Una de ellas era Feiyue, que estaba ubicada en Taizhou, también en Zhejiang, y lideraba la venta mundial de máquinas de coser, sobre todo industriales, al facturar cada año más de 160 millones de euros y exportar a 127 países. Dirigida por Qiu Jibao, un antiguo zapatero remendón que era presentado por las autoridades del Partido Comunista como un ejemplo de empresario exitoso de la nueva China, Feiyue empleaba a 5.000 trabajadores que se han convertido en las víctimas colaterales de la caída de las exportaciones textiles. Este sector constituye, junto a la industria juguetera, uno de los motores de la economía china, basada aún en producciones intensivas de artículos de escaso valor añadido manufacturados por una irrisoria mano de obra. En Guangdong, la provincia cercana a Hong Kong donde empezó hace tres décadas la apertura al capitalismo y de donde procede el 30% de todas las exportaciones chinas, la lista de quiebras es interminable a pesar del intento de las autoridades de incentivar el sector servicios o industrias más tecnológicas. Mientras las ventas textiles al exterior caían un 3%, 3.600 fábricas jugueteras se han venido abajo. Aunque la mayoría eran pequeños talleres instalados en la "ciudad de los juguetes" (el área metropolitana que comprende Shantou y Chenghai), el mes pasado también cerraron las tres enormes plantas de Smart Union Group, que empleaban a 8.700 trabajadores. Después de que sus patronos huyan sin pagarles sus sueldos, sean detenidos por la Policía o, incluso, se suiciden, a estos nuevos parados – casi todos emigrantes rurales procedentes de pobres provincias agrícolas como Henan, Anhui o Sichuan – no les queda más remedio que volver a casa o manifestarse, con el consiguiente riesgo de ser detenidos por la Policía por la inestabilidad social que las protestas populares entrañan para el autoritario régimen de Pekín. "Los efectos del descenso del consumo global se notarán en 2009, ya que los pedidos para la campaña de Navidad se hicieron el año pasado o a principios de éste, antes de que estallara la crisis financiera. El próximo año va a ser incluso peor que éste", vaticinó en la reunión del Foro Davos de verano, celebrado el pasado mes de septiembre en Tianjin, Jack Ma Yun, presidente de Alibaba, el mayor portal chino de comercio electrónico en internet. Según los datos oficiales, en los últimos meses se han hundido 67.000 pequeñas y medianas empresas, la mayoría en sectores que emplean mano de obra intensiva como el juguetero, textil y calzado. A finales de año, el número de bancarrotas puede llegar a las 100.000. La Federación de Industrias de Hong Kong, que aglutina a 3.000 miembros, prevé que el próximo ejercicio cierre el 15% de las 70.000 fábricas que dirigen en el continente los empresarios de la antigua colonia británica. La mayoría lo hará después del Año Nuevo Chino, que en 2009 cae el próximo 25 de enero y en el que muchos trabajadores se pueden encontrar con la empresa desmantelada tras volver de las únicas vacaciones de las que disfrutan. Lo mismo pueden hacer los 20.000 empresarios taiwaneses con intereses en Guangdong, algunos de los cuales ya han vuelto a su isla por la crisis junto a docenas de hombres de negocios surcoreanos que han huido de sus factorías en la provincia norteña de Shandong y han regresado a su país. "Hace tres años, la situación era mejor, pero ahora es muy dura por la crisis, el aumento de los salarios, el encarecimiento de las materias primas y la reducción de las exportaciones, motivada no sólo por la caída de la demanda exterior sino también por la depreciación del dólar y el euro", se queja Lan Qixiang, presidente de Sibide, una compañía textil de Tianjin con 1.500 empleados. La disminución de las exportaciones queda patente con la ralentización del tráfico de contenedores de mercancías en 40 rutas de todo el mundo. Su índice ha pasado de los 11.793 puntos de mayo a los 891 de noviembre, en parte porque muchos pedidos siguen inmovilizados en los puertos a la espera de que sean pagados por sus compradores. Según el Ministerio de Comercio chino, las órdenes sin abonar procedentes de Estados Unidos rozan ya los 81.000 millones de euros y se han extendido del sector de la construcción al textil, calzado y electrónico. Pero esta parálisis es en doble sentido, ya que los compradores chinos de hierro, acero, cemento, metales y otras materias primas no pueden descargar sus pedidos al verse incapaces de conseguir cartas de crédito de los bancos. En los puertos de Shangai, Ningbo, Tianjin, Hong Kong, Shenzhen, Guangzhou o Dalian se han acumulado 70 millones de toneladas de hierro durante los dos últimos meses y tanto Ferrochina como otras grandes siderurgias han debido paralizar la producción al reconocer que no pueden hacer frente a sus préstamos. Como consecuencia, se ha hundido la Bolsa china, donde millones de pequeños inversores han perdido los ahorros de toda su vida debido a la fiebre que se desató durante los dos últimos años por la compra de acciones, cuyos valores subían entonces como la espuma. A la espera de que se publiquen los últimos datos económicos, el Gobierno chino ya se espera un nuevo frenazo en su hasta ahora imparable crecimiento. Después de batir un récord el año pasado al elevarse un 11,9%, el Producto Interior Bruto (PIB) ha subido "sólo" un 9% hasta septiembre. Aunque esta cifra aún sigue siendo muy alta, ha encendido las alarmas en Pekín, que teme que el deterioro de la situación económica altere la frágil estabilidad social del país y no puede permitirse un crecimiento inferior al 7,5% para crear cada año unos 30 millones de nuevos empleos. "
Publicado por Markiko en 10:37 1 comentarios ((•)) Escucha este post